martes, 5 de abril de 2011

COMPETENCIAS DEL BLOQUE.

La Maestría en Educación Básica demanda una serie de habilidades digitalizadas que es necesario dominar o por lo menos conocer para que se nos facilite el trabajar con ellas, como todos sabemos el mundo de la tecnología es muy amplio y existen una gran serie de funciones y aplicaciones que podemos encontrar en la red internet y es difícil que dominemos al cien por ciento todo esto.
El ser alumno activo de esta nueva maestría que ofrece la Universidad Pedagógica Nacional me a dodo la oportunidad de adquirir y conocer nuevas competencias para el uso de estas nuevas tecnologías.
 Competencias digitales adquiridas en este programa de Maestría:
}  Habilidades de búsqueda de información.
}  Implementación de nuevas formas de trabajo.
}  Habilidad de incorporación de estrategias en la planeación didáctica.
}  El manejo de nuevos programas.
}  Dosificación  y organización del tiempo.
Manifestaciones de las sociedades de la información y el conocimiento en mi práctica docente.
}  Utilizando la tecnología de acuerdo a las necesidades de mis alumnos y de las mías.
}  Libertad de acceso al equipo de cómputo existente a los alumnos.
}  Creando situaciones de aprendizaje donde se incorporen habilidades digitales de acuerdo al contexto de los alumnos, contando con los recursos existentes de la escuela.
}  Elaboración de presentaciones, actividades y secuencias didácticas.

EL USO DE LAS TIC EN LA EDUCACIÓN

LOS ENTORNOS VIRTUALES
COMO ESPACIOS DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE
Una perspectiva psicoeducativa para su caracterización y análisis
ALFONSO BUSTOS SÁNCHEZ / CÉSAR COLL SALVADOR

Introducción
Las condiciones sociales, políticas, económicas y culturales que caracterizan a las sociedades del siglo XXI han permitido, entre otras cosas, el surgimiento de lo que se conoce como la cultura de la sociedad digital (Lévy, 2007). En una sociedad así caracterizada, las tecnologías digitales aparecen como las formas dominantes para comunicarse, compartir información y conocimiento, investigar, producir, organizarse y administrar. En este contexto, se reflexiona sobre la capacidad transformadora que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) representan para la educación en la denominada “sociedad del aprendizaje”, “sociedad del conocimiento” o “sociedad-red” (Castells, 2001, 2006; Coll y Martí, 2001), todo ello en una dinámica de cambio y reflexión sobre el qué, el cómo y el para qué de la educación del siglo XXI (Tedesco, 2000; UNESCO, 2005)

En lo que nos concierne, cuando nos aproximamos al estudio de la sociedad digital en relación con la educación lo hacemos desde un posicionamiento que intenta comprender el potencial efecto transformador de las TIC digitales en los contextos educativos. Partimos del supuesto de que la incorporación de las TIC a la educación, cada vez más acelerada, está produciendo una serie de cambios y transformaciones en las formas en que nos representamos y llevamos a cabo los procesos de enseñanza y aprendizaje (E-A). Estos cambios pueden observarse en los entornos tradicionales de educación formal, pero también en la aparición de nuevos entornos educativos basados total o parcialmente en las TIC, como las denominadas Comunidades Virtuales de Aprendizaje (CVA). Ciertamente, en el transcurso de los últimos años la creación, el diseño y la gestión de estos nuevos entornos han ocupado el tiempo y han concitado los esfuerzos de numerosos científicos y profesionales de diversas disciplinas (profesores, informáticos, psicólogos, pedagogos, expertos en comunicación, diseñadores gráficos, etcétera).

Estos esfuerzos se han traducido en múltiples propuestas de usos de las TIC tanto para repensar y transformar los contextos educativos ya conocidos (educación presencial, educación a distancia, educación abierta), como para crear nuevos entornos de E-A (por ejemplo, los entornos de aprendizaje en línea o e-learning y de aprendizaje bimodal o blended-learning). Sin embargo, no es menos cierto que aún no terminamos de vislumbrar todas las posibilidades de novedad en dichos entornos, entre otras razones porque los avances tecnológicos parecen ir siempre varios pasos por delante de su utilización educativa.

Las TIC en la educación: la transformación de los entornos tradicionales y la creación de nuevos entornos de enseñanza y aprendizaje

Coll y Martí (2001), en su análisis de las TIC y su incidencia en el ámbito de la educación escolar, plantean una doble entrada. La primera se basa en cómo estas tecnologías pueden ser utilizadas con provecho, habida cuenta de sus características, para promover el aprendizaje; la segunda, en cómo la incorporación de las TIC a la educación y los usos que se hacen de ellas pueden llegar a comportar una modificación sustancial de los entornos de enseñanza y aprendizaje. En lo que sigue, nos centraremos en analizar brevemente cómo las TIC transforman o modifican los entornos de educación formal y cómo se han convertido en un factor clave para la aparición de nuevos escenarios educativos asociados a entornos virtuales o en línea.

Como ya hemos señalado, el marco social en el que ubicamos la incorporación de las TIC en educación es el de la sociedad-red o sociedad digital (Castells, 2006; Lévy, 2007). Sin embargo, no podemos dejar de apuntar que la incorporación de las TIC a la educación, así como la idea de su potencial capacidad transformadora, aparece mucho antes de las posibilidades tecnológicas actuales relacionadas con la intercomunicación e interconexión.

Las TIC se han incorporado a la educación desde distintas realidades y han dado lugar a una amplia gama de usos. Como señala Crook (1998), las computadoras en particular se incorporan fundamentalmente asociadas a la idea de cómo se aprende ante ellas, con ellas, a través de ellas y, en menor medida en un primer momento, de cómo se aprende con los compañeros en torno a y a través de ellas. Desde esta perspectiva, es posible identificar algunas formas de incorporación que, de una u otra forma, han transformado los contextos de educación formal. Así, por ejemplo, las computadoras: a) se incorporan a aulas específicas para su uso como herramientas complementarias para el acceso, almacenamiento, manejo y presentación de la información; b) se incorporan como contenidos específicos de enseñanza y aprendizaje propiamente dichos (la incorporación de las TIC a la educación con el objetivo fundamental de enseñar a usar las computadoras, el software específico e incluso las características del hardware sigue teniendo plena vigencia); c) se incorporan a las aulas ordinarias como herramientas para apoyar el proceso de enseñanza y aprendizaje de contenidos específicos; d) se distribuyen entre los estudiantes, gracias a su portabilidad; y e) se conectan en red, habitualmente mediante el acceso a Internet, expandiendo las posibilidades espaciales y temporales de acceso a los contenidos e incluso a los programas educativos.

Pese a esta variedad de formas de incorporación de las TIC a la educación escolar y de los usos que las acompañan, conviene señalar que, desde nuestra perspectiva, el potencial de las TIC para transformar las prácticas educativas y su impacto sobre lo que se hace y se dice en las aulas, y sobre quién, cuándo, cómo, con quién y para qué se hace o se dice, depende en último extremo tanto de las posibilidades y limitaciones de las tecnologías utilizadas como de los usos efectivos que hagan de ellas los participantes.

La última forma de incorporación señalada más arriba, la relativa a las computadoras interconectadas, se asocia directamente con la capacidad de las TIC digitales para crear redes de intercomunicación e interconexión, que a su vez se relacionan con la creación de nuevos entornos de E-A. Más concretamente, podemos decir que Internet, y en especial la World Wide Web (WWW), favorece la aparición de nuevos escenarios de E-A. Estos nuevos escenarios se distinguen de los tradicionales en que se basan total o parcialmente en los recursos tecnológicos para llevar a cabo los procesos de enseñanza y aprendizaje diseñados. Así, como efecto de este tipo de configuración de las TIC, se actualiza y redimensiona la noción de educación a distancia (Bates, 1997; García, 2004), aparecen las propuestas de entornos de educación en línea o virtual o e-learning (Garrison y Anderson, 2005), se multiplican las propuestas de enseñanza, sobre todo a nivel superior, en lo que se ha dado en llamar modalidad mixta, también conocida como blended learning (Cabero, Llorente y Román, 2004; Garrison y Kanuca, 2004), y aparece un campo emergente de estudio identificado como aprendizaje colaborativo apoyado por ordenadores (CSCL –Computer Supported Collaborative Learning–, por sus siglas en inglés) (Stahl, Koschmann y Suthers, 2006; Resta y Laferrière, 2007; Onrubia, Colomina y Engel, 2008).

En síntesis, de entre los entornos novedosos que surgen como resultado de la incorporación de las TIC a la educación destacan especialmente, a nuestro juicio, los que se basan en configuraciones construidas sobre las posibilidades de interconexión e intercomunicación que ofrecen estas tecnologías, es decir, los entornos virtuales o en línea de enseñanza y aprendizaje.

Mi experiencia educativa con el uso de las TIC.
Es cierto que desde hace algunos años atrás la educación de nuestro país ha tenido vigente el reto de incorporar las TIC en el ámbito educativo como recursos de apoyo para mejorar las practicas docentes y atraer la atención de los alumnos de nuestro sistema educativo, es evidente que en el transcurso de estos años ha faltado algo para lograr los propósitos de que tienen las TIC al incorporarlas en las secuencias didácticas que elaboran los docentes de los diferentes niveles educativos de nuestro país.
Estos recursos han transformando todos los aspectos de nuestras vidas cotidianas, ya que en cualquier rubro de nuestras vidas se encuentra inmersa la tecnología, como todos sabemos la educación no ha quedado fuera de este revolucionario cambio, en donde las TIC tienen como objetivo desarrollar habilidades en el uso de las tecnologías para los educandos.
La UNESCO señala que las tecnologías son un gran potencial para mejorar la educación, en lo cual estoy totalmente de acuerdo, pero considerando que en nuestro sistema educativo nos han fallado una serie de aspectos que nos impiden dar ese pasó que nos hace falta para incorporar y aplicar de una manera exitosa estos recursos tecnológicos. 
Es preciso señalar que no podemos culpar totalmente a las autoridades educativas  de lo que está pasando con las TIC en educación, si no que nosotros como docentes jugamos un papel fundamental para lograr integrar las tecnologías y cualquier aspecto que surja de la complejidad de la actualidad para lograr elevar la calidad educativa de nuestro país.
Indiscutiblemente es necesario que las practicas pedagógicas y la educación debe de ir a la par con los cambios tecnológicos para no quedarse rezagados en aspectos que no están acordes a las necesidades de la vida cotidiana y de la complejidad a la que nos enfrentamos en la actualidad. Vivimos en un mundo que se encuentra en constante cambio y por consecuencia la educación de estar de igual forma renovándose, actualizándose para ofrecer una educación innovadora y de calidad.
Por ello es necesario que todas las instituciones educativas de nuestro país cuenten con todos los recursos necesarios para educar con apoyo de las TIC, lamentablemente mi institución educativa es un de las que tienen una gran serie de carencias en este aspecto, no contamos con equipos necesarios y no tenemos internet, situaciones que impiden inculcar o enseñar a nuestros alumnos el uso de lo más nuevo en la red internet.
Esta no ha impedido que con los pocos recursos con los que cuento trate de enseñar a los educandos lo básico para el manejo o uso de una computadora, les enseño como producir un texto, una presentación con diapositivas, la elaboración de graficas entre otras que se puedes hacer sin necesidad de estar conectado al internet. Los alumnos siempre muestran interés ante dichas actividades ya que les interesa y les agrada todo lo relacionado con el uso y aplicación de la tecnología. 

 

ENFOQUE SOCIOEDUCATIVO

Enfoque socioeducativo del plan 2006.
Orientaciones didácticas para el mejor aprovechamiento de los programas de estudio
Para que una reforma de la educación secundaria se convierta en realidad, debe reflejarse en el aula. En otras palabras, el logro de los objetivos propuestos en el presente Plan de Estudios depende, en gran medida, de la posibilidad que tengan los docentes de renovar su práctica, de tal manera que los procesos de enseñanza y de aprendizaje resulten relevantes y pertinentes para sus alumnos.

Algunas de las principales responsabilidades del docente son: dar cumplimien­to a los programas de estudio; promover diversas formas de interacción dentro del aula; organizar la distribución del tiempo y el uso de materiales. Para realizar estas tareas de manera efectiva es necesario planificar el trabajo didáctico toman­do en cuenta el “qué” (contenidos) de la lección, el “cómo” (tareas), el “cuándo” (tiempos) y el “con qué” (materiales), así como evaluar permanentemente las actividades que se llevan a cabo, a fin de contar con elementos que permitan va­lorar los beneficios que han obtenido los alumnos y hacer las modificaciones ne­cesarias. Con el propósito de aprovechar mejor los programas de estudio de cada asignatura, se sugiere tomar en cuenta las siguientes orientaciones didácticas.

a) Incorporar los intereses, las necesidades y los conocimientos previos de los alumnos
Conocer a los alumnos es un requisito fundamental para promover un aprendi­zaje verdaderamente significativo y duradero. El aprendizaje es un proceso de construcción de significados, habilidades y actitudes a partir de contenidos o ex­periencias nuevas o no familiares que han de relacionarse con las ideas o expe­riencias de los estudiantes. Por ello, es indispensable que en la planificación de la enseñanza los docentes tomen en cuenta los intereses, las motivaciones y los conocimientos previos de los alumnos. Integrarlos al trabajo cotidiano implica conocer las actitudes que los alumnos tienen hacia ciertas prácticas y el valor que les confieren dado que estos factores condicionarán su aprendizaje.  
De manera adicional, el trabajo didáctico atenderá también la modificación, el fortalecimiento o la construcción de nuevas prácticas, habilidades, actitudes y valores, e incluso el surgimiento de nuevos intereses en los estudiantes. En otras palabras, si bien ha de tomarse en cuenta la experiencia previa de los alumnos, no debe perderse de vista el carácter formativo de la escuela.

El ambiente escolar es un primer elemento que influye en las estrategias que los estudiantes desarrollan para concentrar sus esfuerzos en aprender. Hacer de la escuela una mejor experiencia para ellos implica reconocer los profundos cam­bios y las transformaciones por los que se atraviesa en esta etapa –que adoptan distintas formas según cada individuo y su contexto–, pero aún más importante es el compromiso pedagógico de los maestros con los alumnos. Esto es, tener una clara disposición para apoyar y acompañar al alumno en su proceso formativo. Asuntos como la rigidez de la disciplina escolar, que suele relacionarse con for­mas de control autoritarias, podrían empezar a modificarse de tal manera que los estudiantes percibieran un aprecio por sus personas y un mensaje de interés sobre su tránsito por la escuela.

b) Atender la diversidad
La heterogeneidad de los estudiantes de educación secundaria es una caracterís­tica que debe ser considerada en el aula con la finalidad de mejorar la calidad de la propuesta educativa. Lejos de ser un obstáculo para la planeación didáctica y la organización de la enseñanza, la diversidad étnica, cultural y lingüística, así como la heterogeneidad en sus múltiples dimensiones, constituyen una oportunidad para el intercambio de experiencias, en la medida en que se logre aprovechar la coexistencia de diferencias para generar oportunidades de aprendizaje.

En un país multicultural, el desarrollo y fortalecimiento de la diversidad será el punto de partida para la construcción de un país intercultural, de ahí que la diversidad sea inherente a la práctica docente y la base común de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Por tanto, es necesario considerar que:

·         No hay alumnos “irrecuperables”, todos pueden progresar si se encuen­tran en un ambiente adecuado. Resulta inconveniente “etiquetar”, discri­minar y reducir las expectativas sobre lo que son capaces de hacer.

·         El progreso en el aprendizaje depende más de la calidad y cantidad de las oportunidades de aprendizaje que de las capacidades innatas de los alumnos.
                                                                                         
·         El aprendizaje básicamente es resultado de la interacción social. Depende, en gran medida, de las relaciones interculturales e interpersonales, de los retos intelectuales que se propongan al alumno y del clima de trabajo. Por eso es importante el planteamiento y seguimiento de aspectos no sólo aca­démicos sino también individuales, interpersonales y afectivos.

El objetivo principal de atender la diversidad es garantizar condiciones de aprendizaje equitativas para todos los alumnos. En consecuencia, en algunos ca­sos será indispensable atender de manera individual a los alumnos que presen­tan necesidades educativas especiales, de acuerdo con lo establecido en los pro­gramas de integración educativa, para analizar sus posibilidades de aprendizaje y evaluar las medidas adoptadas. Lo anterior implica respetar las diferencias y transformarlas en un factor de aprendizaje y de enriquecimiento de los alumnos, en lugar de ignorarlas o de tratar de anularlas. Asumir la diversidad representa una fuente de riqueza y fortaleza para un país. No hacerlo se traduce en un fuerte bloqueo social, cultural y lingüístico, que afecta de manera severa al aprendizaje.
c) Promover el trabajo grupal y la construcción colectiva del conocimiento
La interacción con otros proporciona diversos beneficios a los alumnos, ya que favorece su sentido de responsabilidad y la motivación individual y de grupo para aprender, además de que promueve la tolerancia a la frustración, la iniciati­va, la capacidad autocrítica, el sentido de colaboración, el respeto a los demás y la aceptación de los diferentes ritmos de aprendizaje.

Uno de los objetivos de la educación es que los alumnos aprendan a partici­par en grupo de manera productiva y colaborativa. Para lograrlo, es necesario propiciar un ambiente adecuado dentro del aula, donde los estudiantes puedan desarrollar diferentes papeles que optimicen su aprendizaje. Es un hecho que la interacción cooperativa es un factor esencial para generar su disposición cogniti­va y emocional para aprender.

El trato que los alumnos reciban del maestro y de sus compañeros constituirá modelos de relación para vincularse con los demás. Por esta razón es fundamen­tal establecer relaciones más igualitarias entre el maestro y los alumnos, que fa­vorezcan la confianza, la responsabilidad, el respeto a los demás y la motivación para participar y, en consecuencia, para aprender dentro de espacios de plurali­dad, donde exista la posibilidad de compartir opiniones.

Además de replantear las relaciones que se establecen dentro del aula, para lograr mejores condiciones de aprendizaje se requiere promover la participación activa de los alumnos en diferentes modalidades de trabajo, en grupos de distin­to número de integrantes y mediante el uso de diversas estrategias discursivas. Distintas formas de organización del grupo sentarán las bases para una enseñan­za socializada: aquella que trata de sacar partido de la interacción mental y social, inherente a las situaciones en que dos o más personas están en contacto y actúan en función de un objetivo común.

Finalmente, es recomendable que los docentes posibiliten a los alumnos invo­lucrarse en tareas de organización de actividades, selección de temas, formas de comunicación e incluso en el establecimiento de las reglas de interacción. Para lograr lo anterior, se sugiere:

·         Ser sensibles, en la planeación de las actividades, a diversas formas de aprendizaje, ritmos, ideas, experiencias y diferentes estilos de relación.
·         Promover la participación de todos los alumnos en el desarrollo de las actividades escolares.
·         Permitir que los estudiantes elijan algunas actividades de manera que se les ayude a identificar sus intereses y a comprometerse con la toma de decisiones.
·         Estimular el intercambio entre alumnos que tienen diferentes niveles de conocimiento, ya sea entre los que cursan un mismo grado o de distintos grados.
·         Facilitar el intercambio de experiencias entre los alumnos, especialmente entre los que hablan otras lenguas además del español.
·         Ampliar la idea de recursos de aprendizaje, considerando el apoyo de compañeros y adultos diferentes al profesor, la comunicación oral, las imágenes, los medios de comunicación y la experiencia extraescolar como valiosas fuentes de información.

d) Diversificar las estrategias didácticas el trabajo por proyectos
Los proyectos son estrategias didácticas para organizar el trabajo escolar favore­ciendo la aplicación integrada de los aprendizajes. Para que sea exitoso, el trabajo por proyectos requiere una gran participación de los estudiantes en el plantea­miento, el diseño, la investigación y el seguimiento de todas las actividades. Una de sus ventajas es que permite reconocer y aprovechar el conocimiento, las expe­riencias y los intereses de los estudiantes, y ofrece oportunidades para pregun­tarse acerca del mundo en que viven, además de reflexionar sobre su realidad. Los fines y propósitos del trabajo por proyectos se orientan a que los alumnos encuentren espacios flexibles de acción que respondan a sus inquietudes, esta­bleciendo sus propias reglas para el trabajo en equipo, participando en la con­ducción de sus procesos de aprendizaje, diseñando procedimientos de trabajo activo y relacionándose de una manera cada vez más autónoma con la cultura y el mundo natural.

En el trabajo por proyectos los estudiantes son protagonistas activos que ma­nifiestan su curiosidad y creatividad en el desarrollo de sus propias propuestas. Llevar a primer plano el trabajo de los alumnos implica la atención y actividad continua del docente para ayudarlos a ampliar su campo de interés, perfilar sus temas de investigación y orientar el proceso, de manera que se cumplan los pro­pósitos establecidos en los programas y se integren los contenidos. Asimismo, demanda al docente verificar el cumplimiento de las actividades, ayudando a los alumnos a consultar bibliografía, orientar las búsquedas adicionales de informa­ción y ofrecer sugerencias de trabajo, alentar una buena comunicación de resulta­dos y crear un clima de apoyo, aliento y reconocimiento a los logros.

En el desarrollo de proyectos, los alumnos se plantean cuestiones de diversa índole a nivel personal o social que responden a sus preguntas, necesidades y a su propia acción social, fortaleciendo sus habilidades y actitudes. Entre éstas destacan el manejo de diversas fuentes de información; la realización y el cum­plimiento de planes; el trabajo colaborativo; la capacidad de diálogo, la libertad, la tolerancia y el juicio crítico; la cooperación y el respeto que se ven reflejados en una mejor convivencia; la toma de decisiones; el diseño de objetos originales; la participación en grupos autónomos de trabajo; la comunicación efectiva y el uso de diferentes medios y lenguajes.

En términos generales, se apuntan tres etapas en los proyectos, mismas que llevan implícita la evaluación. La primera fase es la planeación, donde se espe­cifica el asunto, el propósito, las posibles actividades a desarrollar y los recursos necesarios.

En la fase de desarrollo se pone en práctica el proyecto y los alum­nos realizan el seguimiento del proceso. La etapa de comunicación significa la presentación de los productos a destinatarios determinados, que incluso pueden trascender el ámbito del aula. Generalmente, los proyectos involucran la elabora­ción de productos específicos como exposiciones y demostraciones públicas, do­cumentos, periódicos u objetos de diversa índole dirigidos a destinatarios reales.

El trabajo por proyectos implica el abordaje de distintos temas desde las pers­pectivas particulares de las asignaturas, planteando retos de aprendizaje en los aspectos comunicativos, económicos, afectivos, éticos, funcionales, estéticos, le­gales y culturales. En este sentido, los proyectos fortalecen el desarrollo de las competencias transversales al tener la posibilidad de integrar y relacionar los contenidos de las diversas asignaturas.

En los programas de Artes, Ciencias, Español y Formación Cívica y Ética se propone un trabajo basado en el desarrollo de proyectos y en cada uno se hacen recomendaciones específicas, aquí sólo se plantean las características generales de esta modalidad de trabajo.
e) Optimizar el uso del tiempo y del espacio
La distribución del tiempo es determinante para la organización de las activi­dades dentro del salón de clases. En los nuevos programas de estudio se buscó estructurar los contenidos a fin de favorecer su profundización. Sin embargo, la otra parte de la solución corresponde al maestro y a su capacidad de optimizar el uso del tiempo, pues la premisa fundamental es garantizar que las diferentes ac­tividades que se realizan en las aulas se centren en la tarea principal de la escuela que es la enseñanza.

En función de lo anterior, será necesario tomar las medidas que permitan dis­minuir la influencia de actividades que alejan a maestros y estudiantes de la tarea educativa, entre ellas: reportes administrativos, participación en múltiples pro­gramas o actividades externas, elaboración de informes periódicos, así como la realización de ceremonias cívicas, festivales y concursos escolares.

Para emplear el tiempo disponible de la mejor manera resulta esencial el com­promiso de empezar y terminar las clases con puntualidad, respetando el tiempo propio y el de los otros docentes. También es necesario establecer mecanismos que aceleren ciertos procesos escolares cotidianos, como la toma de asistencia o la repartición de materiales.

El espacio físico del salón de clases es otro factor determinante en las actitudes tanto de los alumnos como del maestro y en la manera en que interactúan entre ellos, así como en el tipo de actividades que es posible realizar. Por ello es impor­tante considerar la distribución del mobiliario de acuerdo con el tipo de actividad que se realice.

Conviene recordar que los alumnos permanecen gran parte del día dentro del salón de clases, por lo que se procurará que sea un espacio agradable y esté ade­cuadamente acondicionado para favorecer el aprendizaje. En este sentido, será responsabilidad del colectivo docente de la escuela definir dónde habrá de colo­carse el material (por ejemplo, los libros que se comparten) y el mobiliario, a fin de respetar el movimiento necesario de alumnos y maestros.

f) Seleccionar materiales adecuados
Los materiales didácticos constituyen un apoyo importante para desarrollar las actividades, por lo que es necesario valorar sus ventajas y limitaciones. Si se eli­gen y utilizan adecuadamente, los materiales contribuirán al desarrollo de situa­ciones de aprendizaje significativas.

La totalidad de las escuelas secundarias públicas cuenta con bibliotecas de aula para cada grado, así como con bibliotecas escolares y videotecas, valiosos recur­sos que el maestro podrá aprovechar para enriquecer el trabajo con los alumnos, en función de los propósitos educativos señalados en el programa de estudio.

Además, la Secretaría de Educación Pública proporciona de manera gratuita libros de texto para todos los alumnos que cursan la educación secundaria, y dado que su selección compete a las escuelas, es recomendable tomar en cuenta las siguientes consideraciones:
·         Trabajar de manera colegiada para seleccionar el material más adecuado al contexto y a las características específicas de la población escolar, y a los objetivos del programa de estudios.
·         Aprovechar la experiencia del trabajo con alguno de los libros que están en proceso de selección.
·         Establecer criterios generales y específicos para valorar los textos, aten­diendo aspectos como: enfoque y propósitos, diseño y organización, pro­fundidad y tratamiento del contenido, relevancia de los temas y metodo­logía propuesta.
·         Evaluar cada libro con los mismos criterios para tomar una decisión ob­jetiva.

Aunado a esto, las escuelas secundarias contarán con equipos de cómputo y se promoverá la conectividad para tener acceso a diversos programas educativos –como Enseñanza de la Física con Tecnología (efit) y Enseñanza de las Matemá­ticas con Tecnología (emat)–, y a gran cantidad de fuentes de información tanto en español como en otras lenguas, al tiempo que contarán con procesadores de textos, hojas de cálculo y otras herramientas para diseñar y procesar imágenes. Otros materiales –que no han sido diseñados con fines específicamente didácti­cos como periódicos, revistas y programas de televisión–, son sumamente valio­sos ya que preparan a los alumnos para comprender y aprovechar los recursos que encontrarán en la vida extraescolar.

Finalmente, hay que recordar que la existencia de diversos materiales y re­cursos tecnológicos constituye un gran apoyo para el trabajo educativo, pero no garantiza una enseñanza de calidad: por muy interesante que sea, ningún ma­terial debe utilizarse de manera exclusiva, la riqueza en las oportunidades de aprendizaje radica en la posibilidad de confrontar, complementar, compartir la información que pueda obtenerse de distintas fuentes. Es necesario explorar los materiales de apoyo disponibles, reconocer su valor para complementar el traba­jo docente e involucrar a los alumnos en la elección de los recursos necesarios de acuerdo con los requerimientos del trabajo que se desarrolle.

g) Impulsar la autonomía de los estudiantes
Uno de los principales propósitos de todas las asignaturas es lograr la formación de individuos autónomos, capaces de aprender por cuenta propia. Algunas reco­mendaciones que es necesario tomar en consideración son:
·         Diversificar las oportunidades de aprendizaje, de modo que los alumnos apliquen lo aprendido de maneras distintas.
·         Permitir a los alumnos exponer sus ideas, reflexiones y planteamientos en diferentes momentos del desarrollo de las actividades escolares.
·         Promover el debate dentro del aula y permitir a los alumnos disentir de manera respetuosa, ayudándolos a construir sus argumentos.
·         Promover las experiencias de investigación para que el trabajo con el en­torno estimule a los alumnos a indagar, explorar y relacionar los conteni­dos con la vida cotidiana, lo cual implica darle sentido al conocimiento y al aprendizaje. Además de promover el aprendizaje contextualizado, se pretende estimular espacios de participación, reconocimiento social y arraigo del adolescente con su comunidad.
·         Reflexionar sobre lo que se ha aprendido y cómo se ha aprendido. La dis­cusión grupal sobre sus estilos de aprendizaje permite a los alumnos re­conocer y comprender las diversas formas en que se aprende y enriquecer su manera de relacionarse con el conocimiento.
·         Generar desafíos en el aprendizaje, de tal manera que la relación entre contenidos y alumno se convierta cada vez más en una relación de apren­dizaje, así como retos creativos que impliquen el entusiasmo y la motiva­ción.

h) Evaluación
Es un aspecto fundamental de cualquier propuesta curricular y, en la medida de su eficacia, permite mejorar los niveles de desempeño de los alumnos y del maestro, así como la calidad de las situaciones didácticas que se plantean para lograr el aprendizaje.

Para evaluar el desempeño de los alumnos es necesario recabar información de manera permanente y a través de distintos medios, que permita emitir juicios y realizar a tiempo las acciones pertinentes que ayuden a mejorar dicho desem­peño. Asimismo se requiere que los docentes autoevalúen su labor. Asumiendo que dos de sus tareas centrales consisten en plantear problemas y favorecer el intercambio de opiniones entre los alumnos, es esencial que los maestros analicen sus intervenciones a fin de lograr cada vez mayor claridad al dar instrucciones, hacer preguntas que ayuden a profundizar en las reflexiones, argumentar en fa­vor o en contra de los resultados que se obtienen o explicar los procedimientos utilizados en la resolución de las tareas o los problemas planteados.

La evaluación implica analizar tanto los procesos de resolución como los resul­tados de las situaciones que los alumnos resuelven o realizan, y es fundamental que esta responsabilidad no sea exclusivamente del maestro. Los alumnos pue­den emitir juicios de valor acerca de su propio trabajo o del de sus compañeros, y es necesario darles cabida en el proceso de evaluación para que resulte equitati­vo. Por otra parte, es necesario que el maestro explicite las metas que los alumnos deben alcanzar y los criterios que utilizará para valorar su trabajo, así les ayudará a identificar cuáles son sus limitaciones y cómo pueden superarlas.

El proceso de evaluación dará al maestro la posibilidad de describir los rasgos más importantes del proceso de aprendizaje de los alumnos, además de cumplir con la responsabilidad de asignar una calificación numérica. La evaluación se hará de manera descriptiva y la información que se obtenga se compartirá con los propios alumnos, con los padres de familia y con los demás maestros.

La evaluación es un proceso continuo de obtención de información que no se reduce a la aplicación periódica de pruebas. Por lo cual es necesario, dentro de lo posible, eliminar las actividades que no promueven el aprendizaje, tales como dedicar tiempos especiales a preparar a los alumnos para la resolución de exámenes, o proporcionarles “guías de estudio” que sólo sirven para memori­zar información y pasar un examen. Es deseable que tanto los alumnos como el maestro consideren la evaluación como una actividad más del proceso de estu­dio, evitando convertirla en un medio para controlar la disciplina. La aplicación de exámenes es un recurso importante para recabar información, pero no debe ser el único. Por un lado, es necesario utilizar diferentes tipos de pruebas (opción múltiple, preguntas de respuesta cerrada, de respuesta abierta, etcétera) y, por otro, conviene contrastar la información que arrojan los resultados de las prue­bas con la que se puede obtener mediante notas de observación, los cuadernos de trabajo de los alumnos u otros instrumentos, como el portafolios o la carpeta de trabajos, la lista de control o el anecdotario.

Las pruebas o los exámenes que se utilicen deben permitir a los maestros cono­cer si los adolescentes han adquirido ciertos conocimientos o ciertas habilidades. Para efectos de la evaluación continua del proceso de estudio, el maestro es el único que puede tener claro este propósito, ya que cada grupo de alumnos tiene características particulares: por ello, es conveniente que cada maestro elabore las pruebas que aplicará para evaluar. Este material no tiene por qué desecharse una vez que se aplica, sino formar parte de un banco que se vaya nutriendo y se uti­lice en otros cursos.
Observar sistemáticamente y con atención las participaciones de los alumnos permite que el maestro conozca el grado de dominio que han alcanzado en ciertos aspectos y las dificultades que enfrentan en otros. Los errores y los aciertos sirven para entender cómo piensan y, con esta base, elegir la manera más adecuada de ayudarlos. El maestro debe propiciar la reflexión sobre los errores y aprovechar­los como fuentes de aprendizaje, en vez de sólo evitarlos o, peor aún, conside­rarlos una razón para debilitar la autoestima de quienes los cometen. El interés que despiertan las actividades de estudio que el maestro propone a los alumnos puede ser muy diverso, desde muy poco o nulo hasta muy alto. Lo importante es que tome nota de las actividades que favorecen o no la reflexión de los alumnos y las posibles causas. Esta información ayudará a mejorar año con año la calidad de las actividades que se plantean.

La evaluación continua, sustentada en el acopio permanente de información, permite describir los logros, las dificultades y las alternativas de solución para cada alumno, pero también sirve para cumplir, de manera más objetiva, la norma que consiste en asignar una calificación numérica en ciertos momentos del año escolar. Así, la calificación puede acompañarse con una breve descripción de los aprendizajes logrados y los padres de familia sabrán no sólo que sus hijos van muy bien, regular o mal, sino cuáles son sus logros más importantes y qué aspec­tos tienen que reforzarse para obtener un mejor desempeño.

Lo dicho hasta ahora son criterios generales que se sugieren en relación con la evaluación; en el programa de cada asignatura se hacen propuestas específi­cas sobre los aspectos que se pueden evaluar; además, se incluye un apartado denominado “Aprendizajes esperados”, donde se explicita qué deben lograr los alumnos al término de cada uno de los cinco bloques que se desarrollarán a lo largo del ciclo escolar. Este apartado constituye una guía fundamental para la elaboración de las evaluaciones que realizarán los maestros.

Aspectos del enfoque del plan de estudios de secundaria que no se están llevando a la práctica o se lleva con deficiencia.
El nuevo plan de estudios en secundaria 2006, demanda una serie características y aspectos con los que se deben de cumplir como de carácter obligatorio en todas las instituciones de educación secundaria del país. Sin embargo por diversos factores y situaciones en la actualidad no se está cumpliendo al cien por ciento con los requerimientos de este nuevo plan.
A continuación se presentaran tres aspectos que desde un punto de vista compartido con los compañeros del nivel son los menos estimulados, tratados, aplicados y atendidos por los docentes de secundaria, sin importar la asignatura.
·         Planeación.
·         La transversalidad.
·         Uso de las TIC.
1.- Planeación.
En la planeación las características y el papel de los jóvenes en la escuela secundaria y en la sociedad ocupan un papel central.
Conocer los alumnos es un requisito fundamental para promover un aprendizaje verdaderamente significativo y duradero. Por ello, es indispensable que en la planificación de la enseñanza los docentes tomen en cuenta los intereses, las motivaciones y los conocimientos previos de los alumnos.

En la actualidad los docentes de secundaria siguen aplicando, elaborando y diseñando planeaciones fuera del contexto de la RIEB y del nuevo plan de estudios, ya que no existe una revisión o supervisión que revise a profundidad la manera en que se elabora, las actividades que se proponen, los recursos y el tiempo que se considera para cada sesión. Esta situación ha provocado que se utilicen planeaciones enfocadas al plan anterior, usadas en varios ciclos escolares sin hacerles una modificación o adaptación a los alumnos, e incluso los docentes se pasan las planeaciones y no se modifican para adaptarlas a sus contextos.


2.- La transversalidad.
Uno de las prioridades del currículo es favorecer en los estudiantes la integración de saberes y experiencias desarrolladas en las diferentes asignaturas. Asimismo se busca que dicha integración responda a los retos de una sociedad que se transforma de manera vertiginosa por impulso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y que demanda que todos sus integrantes la identificación de compromisos con el medio natural y social, la vida y la salud, y la diversidad cultural.

Se han identificado contenidos transversales que se abordan, con diferentes énfasis en varias asignaturas. Dichos contenidos están conformados por temas que contribuyen a propiciar una formación crítica a partir de las cual los alumnos reconozcan los compromisos y las responsabilidades que les conciernen con su persona y con la sociedad en la que viven.

Sin embargo en nuestro nivel a pesar de que los docentes asisten a los talleres y cursos de actualización, donde se les proponen actividades y ejemplo de cómo pueden aplicar, desarrollar y experimentar la transversalidad en sus aulas, aun se sigue ignorando este aspecto que es requerido por el nuevo plan de estudios.
En el transcurso del desarrollo de los contenidos de cada asignatura se hace presente la transversalidad pero la mayoría de los docentes no hacemos énfasis en ella, no le comentamos a los alumnos cual es la relación del contenido tratado con el de otra asignatura, y mucho menos remarcamos la importancia que tiene relacionar los contenidos en las diferentes materias.

3.- Uso de las TIC.
Es necesario el aprovechamiento de las tecnologías de información y comunicación (TIC), en la enseñanza si tenemos en cuenta que uno de los objetivos básicos de la educación es la preparación de los alumnos para ser ciudadanos de una sociedad plural, democrática, y tecnológicamente avanzada, y por otro lado que estas tecnologías ofrecen posibilidades didácticas y pedagógicas de gran alcance. Las TIC también incluyen no solo las herramientas relacionadas con la computación, si no otros medios como el cine, la televisión, la radio y el video, todos ellos susceptibles de aprovecharse con fines educativos.
En el nivel de secundaria, las TIC han sido promovidas por las autoridades educativas, han equipado la mayoría de las escuelas con computadoras e internet, pero quizás lo que ha faltado son cursos de capacitación para el uso de las nuevas tecnologías. Situación que ha provocado que los docentes que ignoran el manejo de estas tecnologías le den otro enfoque y uso los recursos que proporcionan las TIC.

Al momento que los alumnos le solicitan al profesor visitar el laboratorio de cómputo, este no sabe como promover los modelos de las TIC, por lo cual no sabe hacer una selección adecuada de herramientas que le permitan diseñar actividades que le permitan al alumno llegar a un aprendizaje, y como consecuencia de la falta de preparación y uso de las tecnologías por parte del profesor el alumno termina haciendo uso inadecuado de estos recursos.









CENTRO DE TRABAJO

La telesecundaria “Francisco Gonzales Villarreal”, se encuentra localizada en el Municipio de Villa Aldama Tamaulipas en la localidad de Antonio Villarreal. Esta institución educativa al igual que las escuelas del área rural cuenta con una gran serie de carencias tanto en el ámbito de infraestructura, de servicios y de personal, lo cual no impide que los docentes que laboramos en esta institución educativa día a día demos nuestro mejor esfuerzo y hacer las actividades cotidianas de la mejor manera posible.  

Mi función es esta escuela es el de profesor frente a grupo solamente en la asignatura de historia en segundo grado, ya que la modalidad de telesecundarias cuenta con un solo profesor para todas las asignaturas pero en mi caso solo atiendo la de mi especialidad, claro que constantemente apoyo al profesor encargado del resto de las asignaturas. 

Como ya se señalo anteriormente en las  instituciones educativas del área rural comúnmente existen carencias, por lo cual mi función y la de mis compañeros va más allá de dar la clase, constantemente realizamos labores administrativas, de intendencia, de profesores de educación física, artística, música, prefecto, trabajo social y muchas funciones más que son fundamentales en una secundaria.
 
Haciendo referencia a la RIEB, considero  que a mis prácticas docentes le faltan integrar las requerimientos de este nuevo plan de estudios, en esta modalidad que me encuentro laborando el plan de clase ya viene establecido en los libros de texto, te da indicaciones e instrucciones de lo que debes de hacer la clase e incluso te señala como debes evaluar.

 Estas situaciones de la modalidad no han impedido que yo implemente otro tipo de actividades, evaluaciones y elabore un plan de clase independiente al que propone el programa en el cual se hace énfasis de proponer actividades o secuencias didácticas que logren la movilización de saberes y no solo se enfoquen a estimular el saber conocer.

Siendo una de las modalidades de secundaria más vulnerables la Secretaría de Educación en Tamaulipas, puso en marcha el Curso-Taller de Inducción al Modelo Renovado de Telesecundarias, para profesores de nuevo ingreso, con el propósito de brindar capacitación y asesoría en el uso y manejo del Modelo Pedagógico de ese nivel educativo.

Cabe señalar que la renovación de este modelo de Telesecundarias, incide en que los alumnos encuentren múltiples oportunidades así como maneras para expresar lo que sabe y acercarse a situaciones de aprendizaje, con el uso de la lectura y escritura, el desarrollo de un pensamiento lógico-matemático, la formación en valores éticos y la creatividad.

El Modelo nuevo de Telesecundarias busca responder a las necesidades de la sociedad actual, reformular la función de los actores directos del proceso educativo, y sobre todo crear situaciones en las que el alumno es agente activo de su aprendizaje.

Misión.
Brindar a los grupos más vulnerables del país educación secundaria, con una sólida formación en cada disciplina con principios éticos y de solidaridad social, que les permita desarrollar sus aptitudes y capacidades para que sus egresados sean capaces  de desempeñarse exitosamente en educación media, así como aprovechar responsablemente los recursos locales para mejorar su calidad de vida, a través de espacios educativos, materiales, equipo informático, uso de nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y métodos pedagógicos acordes a sus necesidades especificas. Al mismo tiempo de suministrar la formación y los recursos necesarios a los docentes para garantizar su optimo desempeño.


Visión.
En 2012 el servicio educativo de Telesecundaria será de vanguardia internacional; con alto rendimiento académico, con instalaciones dignas, todas las aulas equipadas con tecnología de la información y comunicación, materiales educativos diversos y docentes altamente calificados para su desempeño en este tipo de servicios.